Las conductas adictivas, según el Modelo Médico, son consideradas como crónicas y recidivantes, que afectan a un gran número de personas en la sociedad, que genera graves consecuencias para la persona afectada y su entorno, provocando una desestructuración en todas las áreas de la vida: salud (física y psíquica), económica, social, laboral, familiar, etc. La atención a estas personas y la consecución de resultados necesita de un programa de tratamiento integral, con un equipo multidisciplinar, que aborde las necesidades que presentan estas personas.

Entendemos que el modelo de Centro Sociosanitario debe ser un recurso especializado, formado por un equipo multidisciplinar, con el objetivo de la mejora de la calidad de vida de las personas con problemas de adicción, mediante la recuperación de los déficit funcionales y estructurales del cerebro.

El Centro Socosanitario Casa Roja – ALUCOD es una modalidad de tratamiento de carácter residencial, muy estructurada y con límites precisos, que tiene como objetivo principal el cambio global en el estilo de vida del individuo (abstinencia de drogas, eliminación de la conducta antisocial, mejora de la situación social y laboral e incremento de valores y actitudes prosociales) (Fernández et al., 2008).

El componente de cambio fundamental es la propia comunidad que genera el Centro (terapeutas, familiares y residentes), la cual facilita el aprendizaje de conductas

a través de modelos adaptativos, entrenamiento en habilidades y manejo de contingencias, durante 24 horas al día.

El proceso terapéutico de Casa Roja – ALUCOD se estructura en torno a dos programas, con objetivos y características específicas:

Programa de Desintoxicación, con una duración de entre 4 y 12 semanas, pensado para personas que ingresan en el centro desde el consumo activo de sustancias. El objetivo principal en esta etapa es que la persona supere la dependencia física de la droga (superación del síndrome de abstinencia), y estimular el resto de áreas implicadas en la recuperación (psicológica, cognitiva, educativa y social).

Programa de Deshabituación, es la segunda etapa de tratamiento, superada la fase de desintoxicación. El objetivo principal es provocar un cambio de hábitos que permitan un estilo de vida saludable al margen del consumo, y favorezcan la inserción familiar, social y laboral de la persona en tratamiento.

En ambos tratamientos se contemplan, de forma programada, visitas de sus familiares al centro, y salidas al entorno social y familiar de la persona para consolidar los cambios dirigidos a un estilo de vida saludable, al margen del consumo de sustancias adictivas.